En un encuentro amistoso realizado por los equipos Deportes Quindío (profesional) y Boca Junior (amateur) de Ibagué el 19 de enero de 1955, se determino realizar la obra cuando en la famosa cancha de Belén le tocó al propio Jefe Civil Militar César Augusto Cuellar Velandia presenciar el encuentro durante casi dos horas de pies, momento que aprovecho Humberto González Ruiz para sugerirle al mandatario la necesidad de un estadio para Ibagué.
La primera construcción del estadio se hizo para 3.000 espectadores, luego se amplio a 18.000; actualmente tiene una capacidad para albergar a 31.000 aficionados y en septiembre de 2011 será de 38.000. El estadio ha cambiado varias veces de nombre a lo largo de su historia: inicialmente se llamó Gustavo Rojas Pinilla en honor al general presidente de la república de entonces, posteriormente fue conocido como San Bonifacio en honor a la ciudad (fundada como San Bonifacio de Ibagué) y actualmente Manuel Murillo Toro en honor al político y escritor tolimense que fue presidente de la república en dos ocasiones.
En el año de 1981 las tribunas sur, norte y oriental se derrumbaron por exceso de espectadores en un partido que enluto a la nación pues le costo la vida a 17 espectadores y otros 30 resultaron heridos. El escenario fue reconstruido mayoritariamente entre los años 1982 y 1985 años en los que Tolima disputo la copa Libertadores de 1982 y 1983 llegando a las semifinales.
En el año de 1981 las tribunas sur, norte y oriental se derrumbaron por exceso de espectadores en un partido que enluto a la nación pues le costo la vida a 17 espectadores y otros 30 resultaron heridos. El escenario fue reconstruido mayoritariamente entre los años 1982 y 1985 años en los que Tolima disputo la copa Libertadores de 1982 y 1983 llegando a las semifinales.